CAPÍTULO 3
Cuenta el Beto Dibarboure en su libro “Un abril para Florida” que en el año 1809 nuestra plaza quedó enmarcada por cuatro calles.
Y por aquel siglo que amanecía, seguramente los primeros floridenses dirían:
-Yo soy Recalde y vivo en la calle grande.
-Y yo vivo en la calle que vive Recalde- diría algún otro.
-Yo vivo cerquita del vecino de Recalde, en la misma calle que Meregildo Martínez.
Y como el pueblo crecía y crecía, llegó el momento de ponerle nombres a nuestras primeras vías de tránsito.
¡Qué momento!
¿A quién homenajeamos los floridenses con nuestras primeras calles?
No teníamos héroes ni fechas.
Ni siquiera teníamos intendentes o diputados a quien homenajear
Florida no había salido campeón de nada.
¿De dónde sacábamos los primeros nombres?
Del santoral.
Y les pusimos a todas las calles nombres de santos:
San José, San Francisco, San Bernardo y San Prudencio.
Ni siquiera una santa metieron.
Con la cuotificación femenina una de las calles tendría que haber sido Santa algo.
Santos varones nuestras primeras cuatro calles.
¿Católicos será el siguiente vocablo?
No.
Resulta que apenas se distrajeron los insignes fundadores, nosotros fuimos y les cambiamos los carteles.
En poco tiempo pasaron a llamarse Gallinal, General Flores, Batlle y Ordoñez e Ituzaingó.
Es decir católicos… pero no fanáticos.
No le salimos ni de turbantes ni de sotana a la calle, no le vamos a misa todos los domingos, no le rezamos el rosario en el hipódromo ni nos persignamos cuando vamos a hacer un trámite a la intendencia.
Por más que hayamos tenido siempre una fuerte y fluida relación con la iglesia.
Ejemplo: En el 1867 nuestros antepasados juntaban dinero para las fiestas y para pagar el barrido del templo.
Por ahí podríamos hablar de Solidarios como una característica floridense.
Y creo que no me equivoco si lo pongo.
Somos los floridenses por naturaleza solidarios y generosos.
En cuanta colecta hacíamos y hacemos… siempre ponemos.
Nunca falla una colecta en nuestro pueblo.
Somos generosos con nuestros bienes.
Y más aún con los ajenos.
A los bienes ajenos los ponemos a disposición.
Vieja costumbre que desembocó en las radiotelemaratones con frases tan floridenses como: “¡¿300 pesos?! ¡¿Con la guita que tiene puso 300 pesos?!”
Igualmente, me quedo con esa virtud: SOLIDARIOS.
Los floridenses somos solidarios…
Marciano Durán
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