CAPÍTULO 2
Bien…
Es notorio que los floridenses tenemos nuestros altibajos.
En un mismo año las vacas se nos mueren de sed y el Santa Lucía nos tapa el parador.
Es notorio que los floridenses tenemos nuestros altibajos
Seguramente son los mismos contrastes de luz y de sombra que tienen las lunas de Cuneo.
Sufrimos por la tierra con la misma nostalgia que Juan Cunha.
Te pintamos un paisaje a la mañana y te ganamos una carrera a la tarde como buenos descendientes de Juan Curuchet.
Nos paseamos con la albirroja de visitantes con la bravura del último matrero.
Tenemos cada uno de nosotros la generosidad milagrosa de nuestros santos.
Somos en definitiva los floridenses fuertes e infranqueables, como la música de Ulises Pasarella y a la vez frágiles e inundables como la pasarela sin el Ulises.
Todo depende de cómo nos agarren.
Hablaremos de nosotros, los floridenses y decodificaremos costumbres hasta transformarlas en un vocablo.
Escribiremos una por una las palabras que definan a un floridense.
¿Podremos encontrar 13 características de un floridense?
Vamos a intentarlo.
Comencemos de la mano de Nina Riva a quien acudiremos permanentemente en esta nota.
A ella, al Beto Dibarbure, a José Monti, a Lorier, a Pérez Dauria, Wilson Monti Grané, Ariosto Fernández, Fernando González y a Alberto Cruz, ellos serán algunos de los bastones en que nos apoyaremos en esta crónica.
Nina Riva en su libro “Florida corazón adentro” nos habla sobre los primeros habitantes de nuestro departamento.
Los primeros de verdad.
Los floridenses de arco y flecha
¿Sabemos algo de ellos?
Sabemos de la existencia de pictografías.
Eran los primeros dibujos hechos por estos floridenses a los que seguramente les sobraba el tiempo por aquellos años.
Ni tele, ni internet, ni teatro de verano, ni moto al prado.
Poco para hacer.
Dice Nina Riva textualmente: “Sobre una roca de granito gneis pulimentada a 1,70 de altura sobre el suelo con tinta.”
Paremos en esta parte.
De esta frase surge el primer dato: pintar…pintábamos.
Y no es un dato menor.
No todos los departamentos del Uruguay tienen ese antecedente.
La primera historia de estas tierras indica que los floridenses pintábamos.
Es decir…de nosotros no podrán decir que éramos vagos, que nos dedicábamos solamente a pescar, a recolectar y a reproducirnos.
Eso en todo caso podrán decirlo ahora, pero no hace 2000 años.
Parece que la palabra a decodificar en este caso es HABILES.
Y si.
Fuimos, somos y seremos hábiles artistas los floridenses.
Homo habilis floridensis.
Trabajadores del arte desde hace 2000 años.
Pero no muy fanáticos.
¿Cúpulas de iglesias?
¿Colgados allá arriba con los brazos acalambrados como en la Capilla Sixtina?
¿Arrollados y agarrotados en una catacumba?
¿En la punta de una pirámide con la cabeza derretida al sol?
¿Esculpiendo cabezas gigantes de piedra?
¡Nada de eso!
Volvamos a Nina Riva: “Sobre una roca de granito gneis pulimentada a 1,70 de altura sobre el suelo, emplearon tinta encarnada, etc,etc”
A la altura del brazo, a la sombra y mojándose los pies en el Arroyo de la Virgen.
¡Andá!
No pintamos sentados porque todavía no se habían inventado las reposeras.
Creo que el primer concepto es: HABILES Y DE POCO ESFUERZO
Marciano Durán
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