10 de mayo de 2012

La Florididad



CAPÍTULO 7








Hábiles de poco esfuerzo, solidarios, creyentes pero no tanto, festejadores, copiones pal negocio , pescadores e ilustrados.

Sí… porque cultura tiene muchas variantes.
La cultura física por ejemplo.
Esa sí, notoria identificación de los nacidos en esta parte de la patria.

Si algo nos ha distinguido desde el principio mismo de nuestra historia ha sido nuestra afición al deporte:
Cuenta José Monti desde su libro “Deportes y Juegos” que recién nacido el siglo XX (1905 para ser más exactos)  el periódico La Ley daba cuenta de la creación de la “Sociedad Floridense Football Club” y aparece allí la primera referencia a este deporte.
En el año 13 se funda Peñarol y en el 14 Nacional.
Por esos mismos años el liceo tenía 12 alumnos.
A ver…otra vez, digámoslo otra vez.
Para el año 14 había por lo menos 3 cuadros.
Por lo menos.
11 por equipo da: 33 orientales.
Si le sumamos los suplentes y los pataduras seguramente estamos hablando de medio centenar de futbolistas.
Lo decimos otra vez: 50 en la cancha y 12 en el liceo.
Se nos empezaban a asomar algunas costumbres.

En el 22 se funda Atlético.
En el 23 (10 años después de que apareciera Peñarol) los floridenses creamos el cuerpo de bomberos.
¡Teníamos quien prendiera el fuego pero no quien lo apagara!
Hacía rato que le dábamos a la pelotita cuando el primer bombero salió con una manguera.
 Se nos cayó el puente por aquellos años y no había bomberos para ayudar pero… unos picados en la playita que ni te cuento.

Y habrá que buscar para atrás en el almanaque a los antepasados del pajarero y más aún de esta nueva costumbre de los floridenses de salir a la rambla y a la ruta a correr.
Habrá que remontarse con José Monti al 1885 cuando  aparece la primera carrera por la calle Independencia entre el Hotel Lara y el Hotel Morixe.
Escucharon bien…dos hoteles en Independencia.
En eso fuimos para atrás.
Y allí, en esa calle -cuenta Monti- se disputó….¡una carrera de rengos!
No podés creerlo.
Sólo en Florida.
Una carrera exclusivamente para rengos.
Si no eras rengo no te dejaban correr.
Dicen las malas lenguas que hubo uno que se hizo el rengo para poder participar.
Y dicen que ganó y que se vio obligado a seguir rengueando por años hasta que finalmente se fue del pueblo.

Habrá que buscar allí, por esos días, a los antepasados de los mil y pico de rengos que salimos a pasar vergüenza en la 8 k por las calles del pueblo.
Y pasando por un solo hotel.
Sí, DEPORTISTAS, los floridenses hemos sido siempre Deportistas.

Marciano Durán





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