13 de agosto de 2012

La pasta base: cada vez más adictos




 



  Los adictos a drogas duras son cada vez más y casi no hay dónde tratarlos. Expertos y familiares de dependientes coinciden en fustigar la iniciativa estatal de flexibilizar el consumo y cuestionan las cifras oficiales sobre la cantidad de afectados.
  Después de la inseguridad pública, el tema que más preocupa a los uruguayos es el de las drogas, según la última encuesta nacional de Factum.   El sociólogo Eduardo Bottinelli comentó que es una preocupación que en los últimos años viene en aumento, que se refiere principalmente a la pasta base y que la población asocia con la inseguridad.
  Además, un reciente estudio de Naciones Unidas mostró que casi la mitad (46%) de los menores infractores uruguayos consumió pasta base o cocaína durante el mes en que cometió el delito, un guarismo muy superior al de otros países, como Chile (25%) y Perú (18%).
  Ante ese panorama, la Junta Nacional de Drogas se mostró dispuesta a impulsar una "discusión mundial" para "flexibilizar" y "regular" el consumo y producción de drogas, incluso de sustancias como la cocaína o la pasta base.
  Varios expertos consultados por El País rechazaron esta iniciativa estatal. "Es una locura. No estoy para nada de acuerdo", sentenció el psiquiatra Fredy Da Silva, director del centro de rehabilitación Izcali y jefe del departamento de Salud Mental de La Española. "Cuando aumenta la disponibilidad de algo aumentan los consumidores y por lo tanto los adictos. Como pasó con el juego o el alcohol. Lo mismo pasa con la marihuana o la cocaína", comentó Da Silva, que trabaja con adictos hace 33 años. "Además, sería una claudicación ética y moral. Sería como reconocer la impotencia para curar una enfermedad, o como decirle a un violador que viole pero solo una vez por semana", agregó.
  Por su parte, el psicólogo Eliseo González Regadas, presidente de la Federación Uruguaya de Comunidades Terapéuticas, también se mostró contrario a las políticas regulatorias.
  "La evidencia científica demuestra que en países donde hubo políticas permisivas con relación al consumo de sustancias, evaluadas en períodos no menores de 10 años, la percepción del riesgo disminuye y por lo tanto el consumo aumenta", expresó el psicólogo.
  "No innovemos, tenemos que ser muy cautos, estudiar qué pasó en otras sociedades, qué ha pasado con políticas diversas y compararlas. Una cosa es hacer planteos en términos ideológicos o políticos, otra cosa es cuando hacemos planteos basados en la evidencia científica", opinó González.
  Una psiquiatra que trabaja en el tema, y prefirió no dar su nombre, también se mostró contraria a la regulación de las drogas. "El alcohol es legal y hoy por hoy es el problema más grave, legalizar otras sustancias es seguir sumando problemas", expresó.
  "Si se legaliza, se va a ubicar a la marihuana en igual nivel que el alcohol, en una disponibilidad tan alta que aquel que tiene problemas con el consumo no va a poder controlarse", agregó la especialista.
  El padre Gustavo Larrique, director del centro de rehabilitación Proyecto Renacer, manifestó que "todo lo que sean mensajes gelatinosos, permisivos, tanto de los padres como de los educadores o los políticos, son siempre de hacer alianza con la enfermedad", y destacó que la adicción "es una enfermedad que necesita un `basta`, un límite claro". Además, Larrique consideró que "todas esas alianzas nos hacen cómplices de la situación", y mencionó que "eso de flexibilizar suena a dos cosas: a Poncio Pilatos, que se lava las manos, y aún más, a un Judas que es capaz de vender al otro por una moneda".
  En este sentido, Larrique no dudó en asociar intereses del narcotráfico con las políticas oficiales. "Hay filtraciones por todos lados, todos los uruguayos lo decimos en la calle o por los corredores. Si es la verdad, no nos vamos a mentir", afirmó.

CIFRAS EN LA MIRA
  Según la Junta Nacional de Drogas, en el país existen unas 7.000 personas adictas a la pasta base. "Ese número es una risa", comentó Larrique y agregó: "En este país esa cifra no se la cree nadie. Hasta que los uruguayos no salgamos de la mentira no vamos a superar esto", agregó el sacerdote que trabaja hace 23 años con adictos a las drogas.
  "Hoy ya no se habla de casos (de adictos a la pasta base), sino que es una pandemia. Y no la estamos enfrentando", agregó Larrique.
Pablo Stratta, secretario de Madres de la Plaza -una organización social de lucha contra la pasta base y apoyo a familiares-, también desconfió de la cifra oficial. "7.000 adictos se encuentran solo en la Ciudad Vieja y Barrio Sur", comentó.
  Según Stratta, "la cantidad de adictos crece porque la oferta de pasta se extiende cada vez más en cuanto a territorios, horarios y disponibilidad. Hoy hay hasta delivery de pasta base". Además, comentó que "hay muchos más adictos que no vemos que los que están en la calle. Los que vemos son los que llegaron a un punto límite, pero hay todo un proceso previo que se da dentro de las casas".
  Desde las emergencias móviles afirmaron que aumentaron los llamados que requieren atención de urgencia para drogadictos. Aunque no cuentan con cifras exactas, dicen que es cada vez más común atender a consumidores de pasta base, que el equipo médico se enfrente a una situación violenta al responder al llamado e incluso el terminar atendiendo a más de un paciente.
  "Pasa mucho que atendés a un chico y después tenés que atender también a la familia porque están con la presión baja, el azúcar alto o en una crisis nerviosa", comentó el director técnico de UCM, Jorge Díaz.
  Según Díaz, el consumo de drogas generó incluso nuevas patologías. "Hemos atendido, por ejemplo, a muchas personas jóvenes con infartos. Y eso es porque la droga les modifica el ritmo cardíaco", comentó.
Más allá del aumento de consumidores que se percibe, actualmente también hay una carencia importante en la atención sanitaria a los miles de adictos.
  Según datos oficiales, en el sistema público hay como máximo 100 camas para tratar a los adictos (aunque los expertos afirman que son poco más de 50).
  En el sector privado, en tanto, son poco más de 100 las plazas.
La cantidad de camas y de centros de tratamiento "no alcanza" en relación a la cantidad de adictos, según Da Silva.

“LA MAYORÍA NO TIENE INTERÉS” EN REHABILITARSE
  Pero el secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND), Julio Calzada, opina que más que falta de lugares para atender, el problema es que "la mayoría de los usuarios de drogas no tienen interés en acercarse a los servicios sanitarios".
  Por este motivo, la JND se aboca a "acercar" a los adictos a los servicios sanitarios, para lo cual a través del Mides se instalaron en diferentes barrios los llamados "centros de escucha".
  "Son dispositivos de baja exigencia, de reducción de daños, donde los usuarios van y se trabaja de manera muy abierta. No se les exige abstinencia y se trata de inducirlos a que comprendan que tienen un problema", comentó Calzada.
  Por otra parte, para la JND "la droga con mayor impacto sanitario y social es el al- cohol", según Calzada, por lo cual el organismo le da "una importancia relevante" a combatirlo.
  Juan Triaca, director del Portal Amarillo, el centro de rehabilitación que tiene la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) en Montevideo, explicó que ahí funcionan 35 camas para recibir pacientes. De ese total, 20 son para mayores de 18 años y por lo general la ocupación es total. El resto es para menores y "siempre" hay disponibilidad.
  Según Triaca, el promedio de internación en el centro es de entre 20 y 23 días. En el Portal Amarillo, "la pasta base sigue siendo la droga que genera más consultas".

LA OPCIÓN PRIVADA
  Luego de muchos años de tratar las adicciones, para Fredy Da Silva "el tratamiento ideal es la comunidad terapéutica, donde se puede abordar a la persona desde distintas perspectivas". Estas comunidades son centros donde los adictos permanecen internados por un período que puede ser de varios meses, participan de terapias de grupo, consultas con psiquiatras y psicólogos y están obligados a realizar ciertas tareas para adquirir hábitos. El tratamiento incluye el trabajo con las familias, y luego de la internación continúa de forma ambulatoria. Por lo general dura más de un año.
  En el país hay poco más de una decena de centros del estilo y todos son privados, y cuestan en promedio unos $ 30.000 al mes. Desde octubre pasado, a través del Fonasa las mutualistas están obligadas a dar atención para los adictos a las drogas, aunque actualmente se limita a tener una atención telefónica 24 horas para atender al adicto o a su familia, y un psiquiatra de guardia las 24 horas para la internación y desintoxicación del paciente. Además, cada paciente tiene derecho a 30 días de internación al año en la clínica de salud mental de la mutualista.
  El presidente de la Junta Nacional de Salud (Junasa), Luis Gallo, comentó que las prestaciones obligatorias "no implican tratamientos específicos para las adicciones" y que las instituciones "no tienen la obligación de tener clínicas especializadas".
  A partir de la vigencia de estas obligaciones, varias mutualistas derivan los pacientes a clínicas especializadas. De todos modos, luego del período de desintoxicación de tres a cinco días, al paciente le corresponden poco más de 20 días para un tratamiento de años.

CONSUMO DE PASTA BASE ES EL MÁS ALTO EN LA REGIÓN
  El 84% de los menores infractores uruguayos atendidos por el Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción (Semeji), consumieron pasta base y cocaína alguna vez en su vida. El 84% también consumió marihuana.    
  La cifra es altísima en comparación con otros países de la región. En Perú, por ejemplo, el porcentaje alcanza a 43%.

Diario EL PAÍS

10 de agosto de 2012

La violencia en el ADN cultural del Uruguay actual










En nuestra sociedad, pensar hoy día que las lacras humanas salen sólo de aquellos contextos sociales subdesarrollados, desestructurados, económicamente débiles, y educacionalmente desprotegidos, es -por lo menos- una idea descabellada.

Pensar que en el Uruguay actual los peores especímenes humanos provienen de o viven en barrios carenciados, en general periféricos a los centros urbanos mas desarrollados es al menos, otra idea descabellada.

Pensar que por provenir de o habitar en esos lugares ninguno de esos seres pasó por la Escuela pública uruguaya, (laica, gratuita y obligatoria) es por lo menos, una idea muy liviana.

Por lo tanto, estigmatizar por los modestos lugares de origen, por las pobres condiciones sociales, por la baja calidad de vida es una actitud discriminatoria. Medir con el mismo rasero según las coordenadas de origen es una practica peligrosa.

Porque no olvidemos que en el mismo barrio en que vive un violador y asesino está el modesto hogar de la niña que violó, estudiante liceal, a quien sus padres se ocupaban en darle una educación y un sustento familiar sólido, aún en la humildad y la carencia de recursos materiales. Es claro que no todo aquel que vive en una “zona roja” es un violador, un asesino, un ladrón: están también los que llevan una vida honesta en su pobreza.

Por otro lado, pero en el mismo sentido, muchos de los violentos, de los asesinos, de los violadores uruguayos provienen de los barrios de alto y medio poder adquisitivo, pasaron por nuestras escuelas, algunos quizá por renombrados colegios bilingües, estudiaron en Universidades. O sea, tuvieron “estudio” como se dice generalmente.

Muchos de esas lacras de high society veraneaban en el Este, aparecieron en las páginas de sociales, se paseaban en autos deportivos, se casaron en exclusivas iglesias uniendo familias de abolengo, de poderío económico y social. O sea que tuvieron mucho desde lo material.

Son empresarios, profesionales universitarios, hijos de empresarios…

Pero también pensar que por venir de un contexto social de alto poder adquisitivo, donde es más lo que sobra que lo que falta ya es ser “mala gente” constituye, también, una idea prejuiciosa y que tampoco se sostiene. En esa escala social, se ubican muchos humanos que han construido su vida con armas intachables.

O sea que hay mala y buena gente en todos los nichos socio-económicos. La miseria humana (la de la cabeza) atraviesa verticalmente todos los estratos sociales. Practica la osmosis, camina, fluye, y a veces se deposita en algunos humanos “tristemente “elegidos.

Porque, además, el nacimiento de esos seres miserables no respetan culturas. Ni economías. Ni naciones. Ni razas ni religiones. Ni estratos sociales. Ni épocas. Ni regímenes políticos. Hay miserables en todo el Mundo. Que actúan solos o en conjunto. Que se abrogan el derecho de quitar la vida sin ser jueces.

Pueden ser estudiantes, militares, paramilitares, profesionales, líderes religiosos…

La lista va de los enfermeros asesinos de los hospitales uruguayos que mataron a decenas de pacientes internados en los Centros de Tratamiento Intensivo inyectándoles aire o morfina “para que descansaran y dejaran de sufrir”, hasta el extremista de derecha que colocó 1000 kilos de explosivos en la base de una torre de 17 pisos en Noruega matando a 8 personas, pero como consideró que la operación había sido "un fracaso" se fue a una isla matando a 69 jóvenes de un campamento..

Va desde la masacre de la Columbine High School de Colorado (Estados Unidos), cuando dos alumnos adolescentes entraron a su escuela armados hasta los dientes, donde–antes de suicidarse- realizaron disparos en la cafetería y en la biblioteca matando a 15 personas e hiriendo a 24 alumnos, hasta los enfrentamiento entre cárteles de México que han provocando más de un centenar de asesinados en los últimos meses.

Va de la matanza realizada por un estudiante en un colegio secundario de un pueblo de Finlandia dirigida contra lo que denominó "vergüenzas de la raza humana" hasta el reciente asesinato por un solitario asesino, en el cine de un shopping en Denver, Estados Unidos, de 14 personas y más de 50 heridas cuando se estrenaba la última versión de la película de Batman.

Hace poco, acá en Uruguay, dos supuestamente “planchas” habitantes de un barrio conflictivo de Montevideo asesinaron a un empleado de un comercio por una Coca Cola. Ayer, un empresario residente en una casa frente al mar en la costa uruguaya asesinó a su esposa, su suegra y su pequeño hijo de 14 meses por U$S 50.000. No solo se mata por un par de championes…

Muchas veces el comportamiento y las actitudes de estos individuos son “normales”. Algo hace que se salte de esa supuesta normalidad a la evidente anormalidad y se transformen en psicópatas. (O ya lo son?), Algún maléfico resorte hace que se activen conductas asesinas, que muchas veces se ponen los ropajes más despreciables de los seres humanos: racismo, homofobia, discriminación, segregación, manifestadas aun, con violencia.

Probablemente, ciertos rasgos negativos de los seres humanos están ocultos en su propio ADN biológico. Pero pienso que mas peligrosos que aquellos genes, son los que se poseen en el ADN cultural, ese que se elabora desde la niñez, con la adquisición de principios básicos, con la construcción de una personalidad coherente, sólida en valores, clara en conceptos, y firmemente arraigada a los referentes que mojonaron su camino de vida. Es la arquitectura del alma.

Y una parte de ese ADN cultural (claramente multi factorial, de muchas más aristas que esta señalada aquí) es el que, hoy día, está en serio riesgo en el Uruguay actual.

Néstor Vaz


8 de agosto de 2012

La verdad de la milanesa






  Hija bastarda de la “cotoletta alla milanese”, su origen se lo disputan los austríacos a los milaneses. Pero nada más uruguayo que una buena milanesa.





  La milanesa es una de las comidas preferidas de los uruguayos, especialmente de los jóvenes. Y como muchos otros platos considerados autóctonos, en realidad viene de Europa, en este caso precisamente de la ciudad del norte de Italia que le da su nombre, Milán.
  La Academia Nacional de Letras define a este plato de carne vacuna rebozada con pan rallado como un “filete de carne empanado y frito en aceite”. La verdad es que la milanesa rioplatense es una hija bastarda de la “cotoletta alla milanese”, que consiste básicamente en carne de ternera con hueso empanada que se fríe en manteca. Los austríacos, que ocuparon Milán durante un siglo y medio, dicen que este plato italiano es una copia de la “wienerschnitzel”, pero más bien parece que fue al revés.

  En el Río de la Plata se adaptó la receta italiana a la realidad y al gusto local y en la elaboración se sustituyeron las costillas de ternera por bifes de novillo o vaca de nalga o rueda tiernizados u otra pulpa de precio accesible o, si se puede gastar más, cuadril o lomo.
  Sin embargo, hay referencias a la milanesa en el libro editado por Barreiro y Ramos “El Consultor Culinario” (1910), de Pascal, según las cuales entonces se seguía casi al pié de la letra la receta de la “cotoletta alla milanese”, pues se usaba una costilla de ternera con hueso, se la pasaba por pan rallado, huevo batido con sal y un poco de queso parmesano rallado, otra vez por pan y luego se freía con aceite o manteca.
  Por otra parte, como también sucede en Italia con las “cotolette”, nuestras “milanesas” no son ahora sólo con carne vacuna, como es tradición, sino también de cerdo, pollo o pescado e incluso de jamón y queso y hasta de berenjena o de soja.

  En cuanto a la disputa ítalo-austríaca sobre quien inventó este plato, los datos históricos le dan la razón a los milaneses. Entre los platos de un almuerzo ofrecido en 1134 por un abate a los curas de Santo Ambrogio figura el de  “lombulos cum panitio”, o sea lomitos empanados, según el libro “Storia di Milano”, de Pietro Verri.
  Allá por 1840 el mariscal Joseph Radetzky, jefe del ejército austríaco que ocupaba Milán, en una carta enviada a un edecán de su emperador describía con precisión la “cotoletta alla milanese” y la calificaba de descubrimiento culinario, lo que prueba que en Viena no existía aún la “wienerschnitzel”.

  Vaya uno a saber si fueron los uruguayos o los argentinos quienes reinventaron la “napolitana”, nombre que seguramente se le dio por llevar la napolitanísima combinación de muzzarella y salsa de tomate.
  Acerca de la siempre controvertida paternidad de recetas y nombres de platos, digamos que en Cuba la milanesa a la napolitana se llama “bistec uruguayo”. Seguramente algún compatriota errante y nostálgico decidió adjudicarnos la invención.

Por Ángel V. Ruocco (EL OBSERVADOR)



3 de agosto de 2012

50 años de la Garota de Ipanema


Helo Pinheiro

El jueves 2 de agosto se cumplieron 50 años de ‘Garota de Ipanema’, esa hermosa composición de Antonio Jobim que tantos han interpretado en Brasil y el mundo.
Una de las canciones más representativas de la bossa nova cumplió media década, desde que fue interpretada por primera vez en público un 2 de agosto de 1962 en un club de Río de Janeiro, por parte de Tom Jobim, João Gilberto, Vinicius de Moraes -los pioneros de la bossa nova-, el batero Milton Banana (uruguayo) y el contrabajista Otávio Bailly.
Garota de Ipanema lleva la letra del gran poeta y cantor Vinicius de Moraes, y la música es de Jobim, creador de un gran repertorio de melodías clásicas de la bossa nova.
Al principio, el tema surgió como ‘Menina que pasa’, pero luego cambió al popular nombre que conocemos, inspirada en el “dulce balanceode caderas de una jovencita que paseaba cerca de la playa de Ipanema. En 1965 el propio Vinicius confesó que se trataba de una adolescente llamada Helo Pinheiro.
Yo nunca contestaba a sus piropos, sólo entraba al bar a comprar cigarrillos para mis padres o pasaba por allí para disfrutar de mis días libres al sol", dijo años después Pinheiro a la agencia EFE en una reciente entrevista.

 

LA HISTORIA DE “GAROTA”

"Garota de Ipanema" es la segunda canción más interpretada de la historia, atrás apenas de "Yesterday", de The Beatles. Según el grupo Universal, que administra la comercialización del tema, hay más de 1.500 productos vinculados a él.
Es imposible saber con precisión el número de interpretaciones grabadas, pero debe pasar las quinientas. En Internet se encuentran versiones en finlandés, estonio y hasta en esperanto. Y la inclusión en películas, programas de televisión, comerciales y juegos electrónicos no para. Solamente este año, los herederos de Tom Jobim y Vinicius de Moraes aprobaron su utilización en la serie Mad men, en una película de los hermanos Coen y en campañas publicitarias de Nike y de Calvin Klein, entre otras.
La saga de enorme suceso comenzó un 2 de agosto de 1962 en una casa nocturna de 6 por 40 metros, con capacidad para trescientas personas bien juntitas unas de otros, en la avenida Nossa Senhora de Copacabana. El empresario Flávio Ramos inauguró la boite Au Bon Gourmet, antes un restaurante, con la reunión en el escenario -que jamás se repetiría- de la tríada principal de la bossa nova. Tom Jobim, Vinicius y Joao Gilberto se presentaron durante cuarenta noches, en seis semanas, al lado del grupo Os Cariocas, del bajista Otávio Bailly y del baterista Milton Banana.
Era la primera vez que Itamaraty autorizaba al diplomático Vinicius a subir a un escenario, pero él no podía recibir pagos. Para compensar, tenía derecho a llevar a sus amigos para verlo. "La canción ya tenía éxito cuando era cantada. El público percibió la fuerza y la belleza de ella", recuerda Severino Filho, cantante del grupo Os Cariocas.
FIEBRE NORTEAMERICANA
Tom grabó una versión instrumental de Garota de Ipanema en su primer disco estadounidense, The composer of `Desafinado` plays, de 1963. Y en marzo de ese año, con Tom al piano, Joao, su mujer Astrud (desconocida hasta entonces) y el saxofonista Stan Getz, hicieron para Getz/Gilberto, una mezcla de Garota de Ipanema y The girl from Ipanema, pues Astrud cantó la letra en inglés.
El productor Creed Taylor, después de quedarse durante muchos meses con los audios en el cajón, resolvió cortar la voz de Joao Gilberto del surco y lanzarla con menos de tres minutos de duración. La original tenía cinco.
Joao quedó hecho una fiera, pero la canción se volvió una fiebre. El disco ganó el Grammy en 1964, y Garota de Ipanema comenzó a ser grabada por los principales cantores estadounidenses. Hasta que en 1967 llegó la voz del mejor, Frank Sinatra, que llamó a Tom para hacer un disco entero con él.
Garota de Ipanema se volvió, como se dice, canción de ascensor, de dentista, usada en películas muchas veces con objetivo irónico, pues de tan tocada se volvió banal. Pero la sofisticación de la creación de Tom es innegable.
De Stevie Wonder (en el último Rock in Rio) a Mike Tyson (en el programa Caldeirao do Huck), de Amy Winehouse (en su CD póstumo) a Xuxa, la Garota continúa siendo cantada por todo el mundo.
El País Digital