31 de julio de 2012

Corredores









Andábamos recorriendo un lugar en Inglaterra que se llama Devil’s Dyke (El Dique del Diablo), una zona de colinas gigantescas, donde los ingleses van a caminar, andar en bicicleta, pasear con la familia y muchos a correr y ejercitarse. El terreno tiene subidas y bajadas enormes, los trillos van para aquí y para allá, se cortan, se entrecruzan, un sol fuerte calienta la tarde otoñal. Nosotros, Anahi, Lara, Titina y Yo, nos regocijamos con la belleza que nos rodea y caminamos lentamente de un lado para el otro.

A la distancia, una figura delgada y esbelta, corre a paso firme, aparece y desaparece con los desniveles del terreno, sentado en un banco rústico. Lo miro y lo admiro, lo debo haber divisado cuando estaba a dos o tres kilómetros de distancia, me pregunto para qué se estará entrenando, será un corredor olímpico? Espero a que se acerque más para verlo pasar; cuando llega a nuestro lado, como si supiera que lo estoy esperando, se para a acariciar a mi nieta y empieza a conversar con nosotros. Es un hombre de 72 años, que nos cuenta que se está entrenando para los juegos Masters de Inglaterra. Este señor de alta de edad, dice que quedó viudo hace un tiempo, que para combatir la soledad se dedicó a correr, casi sin saberlo y sin darse cuenta, estaba corriendo 12 a 15 kilómetros por día en esas colinas cercanas de su casa.

Nos dio la bienvenida a Inglaterra, nos deseó buen viaje, tomó un sorbo de su botella de agua y saludando se dio vuelta para seguir su camino. Nos quedamos por varios minutos mirando cómo desaparecia en la distancia, con la misma velocidad y prestancia con la que lo habíamos visto acercarse.

Mi esposa y mi hija maravilladas comentaban qué lindo momento que habían pasado, que cosa bonita que ese hombre, para combatir el dolor y la soledad se hubiera dedicado a correr a esa edad…Anahi me mira y me dice, “Papi, me parece que está en mejor estado que vos, si te agarra te saca cuatro kilómetros en cinco”.

Casi ofendido por lo que me decía, la miré fija y con toda la autoridad de ser su padre dije…
“si lo agarra el Pajarero, que tiene como ochenta, se lo come en dos panes”.

El Tordillo

El Intendente Giachetto entrega un trofeo -y después la bandera de Florida- al 'Pajarero' Roberto Cabrera luego de finalizada la 8K de este pasado fin de semana.
Un homenaje más que merecido para el veterano e interminable corredor.
(Foto gentileza de floridaonline.com.uy)



25 de julio de 2012

La Florididad


CAPÍTULO 11











Y pasamos de ser la Capital Histórica  del Uruguay a considerarnos la última cueva del país.
 Así… sin términos medios.
Porque así somos a la hora de juzgarnos.
Cuando estamos acá no paramos de decir que  esto es una aldea, que en Florida  no pasa nada, que  es chusma y que la gente es mediocre.
Que acá hay un techo del que no te dejan pasar, que acá todo es lento y todos se fijan que es lo que estás haciendo y hasta que ropa te ponés, que acá te envidian.
 ¡Qué chiquitaje Florida! Se escucha decir en reuniones trasnochadas de coterráneos.
Entonces te vas para afuera (no a vivir, un rato nada más) y le hablás a alguno que no sea de Florida y resulta que tenemos al mejor bandoneonista, y le hablamos de San Cono,  del mosquito Pelusso, de la Piedra Alta, de Atilio Ancheta  y del Pato Ferreri… porque  somos lo más grande que hay.
Así, sin términos medios somos capaces de pasar de una situación a otra.
Porque nuestra autoestima sube y baja como las barreras  de ….¿no hay mas barreras?
Lo que pasa que los que nos fuimos seguimos, pensando que los trenes pasan y pasan para Rivera y para el kilómetro 329, y seguimos pensando que la Cita parará frente al Heraldo y  la Onda parará frente al Café y Lupita le gritará a Araujo que le gritará a Cacela, y entrará un perro y Cacela le dirá echálo y  Araujo le dirá “cheñor che tiene ir, dice Cachela que che tiene que ir. Ciento diechinueve a los chiete”.  Araujo… la cigüeña, no sabías nunca cuando vendría ni  que te traería.
 Y la cabina estará llena.
¡¡Y la Cabina!!!  La cabina seguirá formando generaciones de floridenses, la cabina seguirá esperando al flaco Jhonny,  y Ayala y Flores nos aguantarán con una coca por todo el día, y arreglaremos el país y el mundo en las madrugadas de la cabina. Y  desde Marinaro  el  Tito Mastrángelo cruzará para el café porque Lupita le tiró con una chapita y la metió de cotelete por la puerta. Porque los que nos fuimos seguimos pensando que podemos ir a lo del gordo  Papaleo a comprar  unos adornos de cerámica para el día de la madre o a lo de Giordano, frente al mercado  a sacar a crédito una polera o a  Pif Paf a buscar unos gemelos para ir a Comander o a  pedirle fiado a Enrique en La Vitrola.

Porque los que nos fuimos seguimos pensando que  Ventanilla arrancará para el estadio, y Nino y el Gran Capi mirarán asombrados como el Pocho trepa y trepa por las paredes en bicicleta, y los Creedence se escaparán por las ventanas del Poder Joven, y  Barcia se irá para Buenos Aires con camiseta de Peñarol porque se enteró que se termina el mundo, y Marquitos tomará mate con una bombilla de caña, y Jorgelina servirá la cocoa en la escuela San Cono, y en el Maravilla cantará Palito, y el agua  de la Plaza de Deportes será más rica que cualquier Coca Cola, y cuando pases para el Tabaré el modocho te dirá “Adios dubio, donde vas?”  y las media lunas de lo Pepito Pastorini nos estarán esperando y Uruguay dirá “de que acá no se oye nada padre”, y Lila gritará “Pedritoooooo  a hacer los deberes”,  y el vasco Jaurretche nos hablará de la vida, y Gabines se peleará con el Hurón y Victor Gasso recitará en la vieja difusora, y el nato se cruzará con Pedro vendiendo El Heraldo, y Mingo nos abrirá los vestuarios del 10 de julio, Valentín gritará una y otra vez los goles del sur, y Ayala nos dirá que Penano recién pasó corriendo, y el gallego Suarez nos preparará el traje pare el 25, y la petisa Niell saludará pasando hacia el club, y llevaremos una muestra de lana a Juanita en la Tiendita San José, y Pirincho chiflará sus avisos por independencia “El hipodromunicipal de Florida (chiflido) ha programado dos importante carrera” y pararemos una vez más a ver los pollitos BB de lo de Hernandez, y el flaco Pintos bailará al ritmo de su armónica, y el milico de palo marchará hacia la primera ,y quintana Ganso seguirá chocando aviones, botes y trenes. Porque Quintanas habrá muchos pero…


Ah!... Me fui lejísimos.


Marciano Durán



18 de julio de 2012

Seis consejos para salvar el mundo


                                       


                    
                                                                   Por Francisco Luna




¡No pierdan la fe ni la confianza! Los únicos que pueden ayudar a la humanidad somos nosotros mismos: la gente común y corriente, no los gobiernos ni los políticos. Tampoco pierdan el tiempo en marchas, protestas pacíficas o en ocupar lugares públicos. Esta es mi receta personal de cómo deberíamos protestar en contra del sistema mundial, la que puedes tomar en cuenta o no.
Primero:
¡No ver más televisión!, y por el contrario, informarse por Internet de las noticias mundiales a través de blogs y cadenas independientes, incluidas aquellas que maneja el oscuro poder mundial.
Segundo:
¡Basta de comida chatarra! No más bebidas de fantasía, ni dulces, ni nada con aditivos químicos ni alimentos transgénicos. Por el contrario, ¡Aprende a cocinar! Ve a las ferias libres y consume verduras y hortalizas. Cultiva un huerto en el patio de tu casa. En resumen: deja de auto envenenarte.
Tercero:
¡Deja de trabajar para los bancos! Las deudas, esas que llevas años pagando -créeme- ya fueron canceladas; ¡No pagues más deudas! No alimentes el estilo de vida de unos pocos que ni siquiera saben si existimos. No podrán arrestar a todo el mundo si todos lo hacemos de una vez. Sin embargo es mejor eso que suicidarse por no poder pagar deudas. Es cierto; muchas personas en la actualidad están con la espada en el cuello… no saben si dejar el poco dinero que ganaron durante el mes para pagar su casa o para comprar alimentos… en nombre de Dios, ¿Cómo es esto posible? Ustedes no son el problema. Ellos les han creado un problema.
Cuarto:
Tomen todos sus medicamentos y arrójenlos al fuego. Vuelvan a lo natural. Con una buena dieta en base al punto 2 de más arriba, el organismo se recuperará, y cuando vengan los resfríos o problemas más serios, consulten con naturistas, acudan a la homeopatía, a todos aquellos secretos de la naturaleza que nuestros abuelos nos legaron y que recibieron de incontables generaciones antes que la nuestra.
Quinto:
¡Enseña gratuitamente lo que sabes! Organízate en tu barrio o junta vecinal, crea grupos de estudio, sobre todo enséñale a los más jóvenes que hay cosas mucho mejores, bellas, educativas, estimulantes y esperanzadoras que la música Reguetón, los manipuladores Reality Shows o la forma incorrecta de hablar nuestra lengua nativa. Deja de pensar en cómo hacer más dinero. Infórmate. Te darás cuenta que el dinero que actualmente existe, algo así como el 95%, no vale nada; no existe. Así que ya no pierdas el tiempo en pensar que algún día tendrás dinero.
Sexto:
¡Basta de religiones o seudo religiones!, o de cualquiera que les diga que la salvación está aquí o allí, ¡Incluido este mismo artículo! Busquen por ustedes mismos las respuestas. La verdad de Dios es una búsqueda personal e intransferible. Cada uno al final encuentra una parte de la verdad. Yo tengo mi propia creencia, la cual es cristiana, pero no les diré que es la verdadera, ni cuál debería ser la correcta porque yo también soy ser humano y por ende puedo equivocarme. Solamente pongan en funcionamiento tres principios básicos: Amar a Dios por sobre todas las cosas; amar a tu prójimo como se aman a ustedes mismos; y hacerle a los demás lo mismo que quieran que hicieran con ustedes… ¡solo imaginen al ser humano actuando así!, lo demás llegaría por añadidura.

Amigos, no esperemos a que nos traigan más padecimientos ni catástrofes. La gente que tiene el poder, el gobierno invisible de banqueros con sus ejércitos y políticos, saben todo esto y tratan de mantenernos en este sistema de cosas todo el tiempo que sea posible… aunque ya saben que su tiempo se les acaba.

Francisco Luna


13 de julio de 2012

Las cosas que veo parecen mentira por las calles de nuestra Florida...


 
Florida tiene sus cosas.
Si bien no contamos con la enorme ventaja de las playas del Este y la Costa de Oro; ni con el acervo histórico de Colonia; ni con la belleza del Río Uruguay con que se adornan las capitales del Litoral; ni con el atractivo del baga-turismo de Rivera, Chuy y Yaguarón, tenemos a la Piedra Alta y a San Cono, que también meten fuerza.
Y nuestra ciudad es linda. Recorriéndola un poco, nos podemos encontrar con imágenes como estas, vayan fijándose:


Y a su vez, al recorrerla, podemos comprobar que es una ciudad divertida. Aparte del Carnaval, de las fiestas de San Cono, del 25 de Agosto, de Navidad y Año Nuevo, así nomás, en la cotidiana, hay buena diversión, sana, para toda la familia, sin escabrosidades, ni escatología, ni humor negro.
Y por si no me creen, van algunos botones de muestra.

Con un par de motos más tapamos el cartel y evitamos problemas.

                      
Sí, abuela, no es que usted vea mal. El cartel dice:
POR FAVOR
CUANDO ENTRE
CIERRE LA PUERTA
GRACIAS !!!

¿Qué me importa que esté el semáforo en rojo?
Igual, los que vengan van a tener que frenar por la cebra…

A ver, a ver, no nos apresuremos, como le dijo la vedette al obispo. ¿No era que el tarifado en Herrera era entre Batlle e Independencia? ¿O nos sobraron carteles y hay que justificar el gasto?


¿Y para médico jubilado no hay? ¡Ah, la semana que viene! Bueno, muchas gracias, me deja más tranquilo.

 
No se puede negar que es una advertencia categórica. Si bien no queda muy claro si el multado será aquél que lleve algo que no sea escombro, o el dueño del terreno, o el dueño del animal vivo o muerto, que es categórico es categórico. Aunque un avestruz vivo no le vendría mal para sacar toda la mugre.


4 en 4. Sien por siento de efetibidá.


Una vez más nos damos cuenta de cómo no vamos a estar orgullosos de ser floridenses y de vivir en esta ciudad!! No tenemos nada que envidiarle a Punta del Este, ni a Paysandú – y no digo a Trinidad o Canelones para no parecer grosero -, y yo diría que ni a Buenos Aires o Shangai, que además queda lejísimo.
Por eso, reitero

 LAS COSAS QUE VEO PARECEN MENTIRA
POR LAS CALLES DE NUESTRA FLORIDAAAA…
Sebinamar




8 de julio de 2012

El execrable senador, su concubina y el nosocomio donde parió




Pensar que la información policial que difunden los medios de comunicación es responsable de la inseguridad pública, es una tontería. Pensar que es la única responsable de la sensación de inseguridad que reina en mucha gente, un reduccionismo.
Lo que sí parece un hecho es que esa información no resulta inocua en los pujos y picos de presión que se notan en ciertos sectores cuando hay algún episodio resonante de inseguridad, sobre todo si se divulga a través de la TV, el medio de comunicación masivo por excelencia.
A veces por impotencia, a veces por ignorancia, los políticos critican a la información policial, pero en general golpean en la herradura y pocas veces en el clavo. Parece lógico, la información no es lo de ellos, aunque lejos de ocultar su ignorancia la exhiben todo el tiempo.
Cuestionar la cantidad de información policial que se divulga puede ser algo muy relativo si se tiene en cuenta que hay unos 400 delitos de todo tipo por día. Criticarla por excesiva expone a estos críticos al riego de que alguien alguna vez les diga: “Ok, ¿quieren poca información policial? Solo daremos un 5% del total”, y entonces habrá 20 noticias policiales por noticiero.
El problema no está en la cantidad sino en otro lado y sólo los medios pueden darse cuenta y asumir qué es lo que están haciendo y cómo lo están haciendo. Las reacciones adversas que se generan en las redacciones cada vez que un político sale a meter presión con medidas que hacen pensar en la censura, no alientan a la autocrítica sino al corporativismo.

¿Qué significa?
A la hora de evaluar la información policial quizás haya que reescribir los manuales. Si noticia es todo aquello que resulta novedoso habrá que buscarle una explicación a por qué seguimos haciéndonos eco de los hurtos (considerados un delito menor) si hay 100 mil cada año, unos 300 por día. ¿Cuál es la novedad?
Lo que ocurre es que los medios tienen en esa área –policiales, seguridad- un periodista fijo buscando información. A veces, este sabueso encuentra material del “bueno”, delitos muy violentos, casos de sangre, un golpe grande. Pero a veces el cancerbero no se encuentra con nada grande y entonces echa mano a las cosas chicas, porque el espacio de policiales está, y hay que llenarlo.
En otros ámbitos de la vida pública también ocurren hechos todos los días -en la salud, en la enseñanza, en los centros comunales zonales- pero no siempre tiene por qué haber notas sobre eso. Sobre policiales, en algunos medios siempre tiene que haber.
Imaginemos que ponemos a un cronista fijo a seguir las escuelas. En vez de un cronista policial un cronista escolar. Entonces, en vez de hacer notas globales acerca de que un 12% de las clases se pierden por faltas docentes, tendríamos el detalle de que en tal escuela faltó un maestro y que en otra faltaron dos. ¿Nos vamos a enterar de todas las faltas de docentes cada día?, no, como tampoco nos enteramos de todos los 300 hurtos que hay en un día. Nos enteraríamos de faltas aisladas y las informaríamos así, sin más, porque aunque no quieran decir nada en sí mismas hemos dedicado un periodista a buscar allí, y al fin y al cabo algo consiguió. Y podríamos justificar su publicación porque las faltas docentes, como los hurtos, son un asunto de interés público.
Y, ¡ojo!, podríamos justificar el publicar sólo algunas faltas, no todas, al igual que los robos aislados que se informan cada día. Incluso si nos enteráramos de todas las faltas docentes, o de todos los robos, y cometiéramos el despropósito de informar sobre todas ellas y todos ellos, ¿qué querría decir esa información? ¿Qué hoy hubo más que ayer? ¿Qué fueron cualitativamente distintos? Es nuestra tarea darle significación a los hechos, entonces ¿qué significa ese glosario de hurtos que publicamos casi como avisos clasificados?
¿Suena absurdo contar cada día que un docente faltó en tal o cual escuela? ¿Por qué no es absurdo entonces contar que hubo un hurto en tal o cual barrio? Uno en 300, ¿cuál contamos?, ¿el mejor?, ¿el más destacado por algo? no, uno cualquiera, el que nos enteramos.
Nuestro relato de los asuntos de la seguridad pública es incompleto por un lado, pero detallista hasta lo absurdo por otro. Un árbol hoy –ni el más grande, ni el más interesante, ni el más nada- un árbol hoy, o dos árboles, y mañana otros dos árboles, cualquiera. Nunca, o casi nunca, el bosque. El lobo, siempre.
Por supuesto que se trata de mejorar los textos de la crónica roja en los que haya hombres y mujeres y no “masculinos” o “femeninos”, y pensar antes de escribir por qué los senadores van a sanatorios y tienen mujeres o esposas, mientras que los protagonistas de la crónica roja van a “nosocomios” y tienen “concubinas”. Pero lo importante no está solo en lo semántico. En todo caso, la calidad en el texto o el relato de cada una de esas informaciones revela el poco cuidado que en general se tiene al valorar ciertas cosas: se muestran caras, se tilda de homicidio o rapiña a casos que quizás no lo sean, y todo con una ligereza que no se suele aplicar, por ejemplo, en las páginas de información política. Y ni hablemos de la musiquita de fondo.

“Vergüenza”
Tras el crimen de La Pasiva, un cronista de canal 4 mencionó a los “presuntos implicados”, y desde estudios el conductor del informativo le preguntó a su colega si tenía “vergüenza” de llamar “asesinos” a los sospechosos. Si hubiese sido un político el denunciado, seguro no lo tildaban de estafador ni siquiera luego de que resultara condenado.
Pero en el mundillo de la crónica policial, ya no el mero procesamiento de una persona, sino su detención por parte de la Policía convierte al sospechoso en culpable. En estos días los canales de TV enfrentan un juicio por el caso de una niña que murió por causas naturales a pesar de lo cual sus padres fueron exhibidos en los noticieros donde los señalaron como violadores cuando no había un fallo judicial que los imputara.
En general, cuando la crónica roja viola derechos de la gente, las víctimas son pobres, ciudadanos que no tienen abogados a mano para defender su honor. El caso mencionado fue tan revulsivo que el asunto llegó a la Justicia.
Esto no es un asunto privativo de la televisión y nadie está libre de los desvíos cuando se mete en este submundo de policías y delincuentes. Hace unos días El Observador calificó de sicario varias veces en una nota a un muchacho que mató a un hombre con la intención de entrar así a una pandilla, y luego fue a refugiarse a la casa de su madre por temor a que lo agarraran. Tildar de sicario a alguien que actúa así es ignorar lo que ha significado el fenómeno del sicariato en algunos países de la región. En vez de apelar al argumento fácil de la teoría conspirativa, quienes asignan a los medios intencionalidades a la hora de armar el discurso de la información policial, deberían empezar a considerar la ignorancia como una de las responsables de las falencia que la prensa exhibe.
Pero así fue y así sigue siendo la crónica policial: desprolija, descuidada, un tanto tumbera, como el material que maneja. Y mientras desde el poder político surgen críticas -quizás honestas, quizás cargadas de intencionalidad- y en las redes sociales el anonimato se viste a veces de fascismo, a veces de estupidez colectiva, los medios de comunicación que se precian de tener un buen nombre, no deberían escatimar tiempo en revisar su actividad profesional, no para mejorar la inseguridad, un asunto multicausal y complejo cuya resolución no le compete a la prensa, sino, y simplemente, en honor a las pretensiones de verosimilitud y honestidad que, supuestamente, es lo que los diferencia de la morralla(*).

Gabriel Pereyra
Periodista, editor jefe del diario El Observador

(*)Morralla: conjunto de cosas de poco valor.